Gordon M. Shepherd es un prestigioso neurólogo de la Universidad Yale. Hace unos meses publicó un libro titulado 'Neuroenology: ¿Cómo crea el cerebro el sabor del vino?'. En él analiza el reto que para el cerebro supone catar la complejidad casi inabarcable de los vinos, para concluir que esa labor es creativa.
Según el autor, oler y analizar un vino antes de beberlo requiere una enorme cantidad de control sobre los intrincados músculos de la lengua y la utilización de miles de receptores de sabor y olor. Él cree que hace que nuestro cerebro trabaje más que cualquier otra actividad humana, incluyendo escuchar música y resolver problemas matemáticos.
Sus estudios le han llevado a afirmar que el sabor es mucho más subjetivo de lo que se pensaba anteriormente y que cada persona trae sus propias experiencias al proceso de degustación, sus propios recuerdos y emociones.