En agradecimiento a la labor realizada por personas del ámbito rural, fundamentales para el buen devenir de nuestros pueblos
Para continuar andando, de vez en cuando, hay que mirar hacia atrás y hacer balance de lo vivido. Hay que agradecer y reconocer a quienes han hecho posible que hoy estemos aquí, a pesar de todo lo ocurrido durante estos más de 15 meses de pandemia. El territorio que delimita la Denominación de Origen Ribera del Duero no ha sido ajeno a todo lo acontecido. La vida ha cambiado para todos desde marzo de 2020. Bodegas y viticultores se han tenido que adaptar a cada acontecimiento, también a aquellos que son producto de la meteorología. Nada ni nadie ha quedado al margen de este tiempo tan aciago.
Pero la vida en los pueblos ha seguido pasando. Y a pesar de la falta de medios, de todos los obstáculos y dificultades a los que se enfrentan las zonas rurales, se ha podido seguir adelante. Principalmente gracias a las personas, a quienes, desde su puesto de trabajo, por su implicación y generosidad, han hecho posible ese avance. Personas anónimas, gente corriente, a las que el Consejo Regulador da voz en una nueva campaña que hoy lanza se presenta en las redes sociales de la DO y en la página web http://www.conriberasi.es/https://www.conriberasi.es/
Así, a través de una serie de vídeos, Ribera del Duero compartirá las vivencias, testimonios, recuerdos, hitos y anécdotas de diferentes personas de distintos ámbitos, todas ellas residentes en Castilla y León, ligadas a la Ribera del Duero e implicadas, de una forma u otra, en el desarrollo rural. Historias de hombres y mujeres que representan los valores del Espíritu Ribera: viven en nuestros pueblos, contribuyen a su bienestar, han desarrollado grandes proyectos que, de una forma u otra, influyen en la calidad de vida de todos, son creativos, aman la vida, no se resignan, luchan, dan todo por los demás, nunca se cruzan de brazos y aman el mundo rural.
Los protagonistas
· Enrique, quién desde el Colegio de los Gabrielistas en La Aguilera, hizo posible la llegada del primer cargamento sanitario a Castilla y León, uno de los primeros de España. Material que fue distribuido en toda la comunidad autónoma, principalmente en el territorio que acoge la DO Ribera del Duero.
· Dolores, una gran mujer que ha celebrado su 106 cumpleaños. Esta peñafielense ha vivido dos guerras mundiales, la Civil y dos pandemias. Un ejemplo de fortaleza, vitalidad y entusiasmo.
· Ainhoa, arandina de 16 años con un talento desbordante, que canta y toca el piano, entre otras muchas destrezas. Ella ofreció conciertos desde su ventana durante el confinamiento del primer estado de alarma. Su voz es parte de la historia de Ribera
· Mayte, enfermera rural. Mujer inquieta, optimista y generosa, con el sentido del humor por bandera. Ha vivido la pandemia en primera línea, es donante de anticuerpos e incluso se ha convertido en influencer para enseñar a cuidarse.
· Luis, el boticario de Roa. Amante de su oficio y su gente, su farmacia ha estado abierta durante toda la pandemia, con él al frente. Llevaba los tratamientos a casa a sus pacientes. Sus años en la India le han enseñado a nunca desesperar.
· Sandra, Iván y Juan Carlos, del equipo de Sonorama Ribera. Son la música de nuestros pueblos, que a pesar de todo nunca dejó de sonar. Organizaron conciertos y colaboraron montando un hospital de campaña en Aranda de Duero. Pero siguen esperando celebrar una boda muy especial.
· Amaya, responsable del hotel y restaurante Arzuaga Navarro, al frente de El Taller, primera estrella Michelin de Ribera del Duero. Su espíritu emprendedor, su gran faceta creativa y su resiliencia son el mejor ejemplo del Espíritu Ribera. Y su optimismo es contagioso.
· Luis Ángel, viticultor que solidariamente se encargó de la desinfección de Peñafiel y sus pedanías. Nunca olvidará las calles vacías. Y volvería a hacerlo
· César es el Espíritu Ribera más internacional. Ha pasado gran parte de este tiempo en la Antártida. A este científico arandino, un absoluto portento, la Ribera del Duero le trasmite paz.
· Miriam y Sergio: profesores del C.P Santa Catalina de Aranda de Duero. Tuvieron que adaptar sus clases al formato online sin muchos medios. Consiguieron seguir educando, continuar cerca de sus alumnos a pesar de la distancia. Vocación y amor por la gente, sin perder nunca la ilusión.
Cada semana se conocerán sus vivencias a través de vídeos, de poca duración, agrupados por temática. Relato de los días más grises, de realidades cotidianas. Relatarán ese tiempo vivido y la huella dejada. Con Ribera del Duero siempre a su lado. Esta primera parte de la campaña se desarrollará hasta mediados de junio, cuando ‘Somos Espíritu Ribera’ tomará otro color, otro ritmo. Para seguir contando lo que fuimos, somos y seremos.