¿Sabías que no todas las uvas sirven para elaborar vino? Este líquido tan especial que disfrutamos en la copa sólo procede de la especie Vitis Vinifera de la que hay alrededor de 10.000 variedades en el mundo. En España se encuentran registradas 235 variedades de uva, aunque en los últimos años se han identificado tres centenares más.
Sobre la fermentación de este fruto los primeros testimonios nos llegan del neolítico. Hay vasijas encontradas que datan del año 5.400 a C por la zona de Oriente Medio. Durante todos estos miles de años el vino ha cambiado a lo largo del tiempo. Si al principio era una mezcla entre vino y mosto, con más azúcar e incluso con agua o miel añadido para suavizar el sabor, la mayor evolución tuvo lugar en los siglos XVII y XVIII mejorando las técnicas e introduciendo las botellas de vidrio y tapones de corcho. La llegada de la filoxera, un insecto que mermó la producción de uva en Europa en el siglo XIX, no hizo decaer a los viticultores. Se vieron obligados a replantar los viñedos de Europa con portainjertos resistentes al insecto.
A partir de ahí, la elaboración del vino ha evolucionado hasta convertirse en una ciencia y en un arte. El control de la temperatura y de los procesos de fermentación permiten producir vinos de alta calidad.