La gran cantidad de bodegas existentes por todo el territorio amparado por la Denominación de Origen Ribera del Duero nos habla de la gran cantidad de familias que vivían en torno al vino. Hoy conocemos un dato más gracias a los legajos encontrados en el Cristo del Miserere de la iglesia de Sotillo de la Ribera. En los trabajos de su restauración se ha encontrado, bajo el paño que cubre las nalgas, unos documentos escritos a mano en 1777 por el capellán de la parroquia, Joaquín Mínguez, que hace un pequeño estudio sociológico de la vida en esos momentos.
Y como no, los legajos hablan del vino como una de las formas de manutención del obispado de Osma, un producto tan abundante que no cabía en las bodegas.
“Este obispado se mantiene sobre todo de cosechas de trigo, centeno, cebada, avena y vino en tierra Aranda, que es muy numerosa su cosecha muchos años, tantos que en este tiempo se ha visto, por no coger en las bodegas, derramar mucho vino”.