Verano y calor van juntos de la mano y si bien muchas personas se decantan por una cerveza bien fría por eso de “refrescarse”, lo cierto es que el vino, servido a una temperatura adecuada, es el gran aliado de esta época. Entre comidas, como acompañamiento de platos veraniegos o para pasar una buena velada. ¿Qué tenemos que tener en cuenta para disfrutar de ellos? Elegir el que más nos gusta y servirlo a la temperatura idónea.
He aquí algunos de nuestros consejos:
Tintos
¿Quién dijo que los tintos no son para el verano? La época estival es tiempo de barbacoas al aire libre y las carnes rojas son excelentes para acompañar con un tinto, como lo es para servir junto a una tabla de quesos, con embutidos en una merienda informal o con las tapas en general. Entre los 15 y los 18 grados de temperatura es lo que aconsejamos.
Una ensalada con pescado azul puede ser una buena opción para acompañar de un tinto.
Blancos
Si la barbacoa es de pescados la elección es por los blancos, y no digamos si se trata de una fuente de mariscos. Pero además, se trata de vinos que maridan estupendamente con los vegetales y con el arroz en cualquiera de sus presentaciones. En este caso la temperatura óptima de servicio se sitúa entre 7 y 9 ºC.
Pescados y patés son algunos de los platos sugeridos para un Albariño.
Rosados
El melón con jamón es uno de los platos típicos del verano y un vino rosado es excelente para servir con esta propuesta tan fácil de elaborar. Si pensamos en una paella con carne también podemos considerar esta opción, como ocurre con las pastas. Nuestro consejo, servirlos entre 9 y 12 ºC.
Frizzantes
La burbuja bien fresca también apetece, y mucho, durante los calores del verano. El frizzante, y si cuenta con muy poco alcohol mejor que mejor, es ideal para una noche de terraza, pero también podemos echar mano de él si servimos pescados, mariscos, arroces y carnes blancas. Y no nos olvidemos de los postres. Su sabor refrescante los hacen ideales para consumir en épocas de calor. Eso sí, bien frío en torno a los 4ºC.