El mundo del vino, y más concretamente la Ribera del Duero, despide hoy a una de las personas que han hecho importante a esta Denominación de Origen. Alfonso Velasco Fernández- Nespral, quien pusiera en marcha una de las mayores fincas de viñedo en La Ventosilla de Gumiel de Mercado (Burgos) a finales de los años 80, nos ha dejado este jueves a los 77 años de edad.
De origen asturiano por parte de abuela, su familia, y más concretamente su abuelo, no pudo evitar volver a tierras castellanas cambiando el negocio de la minería por el de la ganadería. La familia se asentó en La Ventosilla dedicándose al sector vacuno y también al ganadero, trabajos en los que se inició Alfonso Velasco. En el año 1988 y con un proyecto innovador y ambicioso, el de plantar grandes hectáreas de viñedo en unas tierras en las que no existía ni una sola cepa, lograba dar con la empresa que le ayudaría a ponerlo en marcha. La simbiosis fue perfecta, él vendió la parte de la finca que poseía y a cambio los compradores pudieron contar con Velasco para convertir el Real Sitio La Ventosilla en lo que es hoy en día. Se plantaron las vides en 517 hectáreas, creando una revolución en el sector con la finca más grande dedicada a este producto emergente en la zona, que ha logrado convertirse en su emblema.
Hasta su jubilación Alfonso Velasco ha estado siempre unido a la finca de La Ventosilla como gerente. Él también fue el que puso en marcha en el año 1994 la bodega Real Sitio de Ventosilla tras dedicarse durante varios años a vender el vino a granel, y el que impulsó su apertura a otra denominación de origen, la de Rueda.
Fue el impulsor de la Asociación de Bodegas Empresariales de Ribera del Duero y vocal del Consejo Regulador de la Denominación de Origen. Y en el año 2012, coincidiendo con su jubilación, los Premios Envero quisieron reconocer con su premio de Honor la labor de Alfonso Velasco “por toda una vida dedicada al desarrollo de la comarca”. “He visto crecer la Denominación, empeñada en sacar a la luz la calidad latente que está en la Ribera», destacaba en ese momento.
Alfonso siempre ha tenido una vinculación muy estrecha con Bodegas El Inicio, sabemos que parte de su sabiduría queda con nosotros de la mano de su hijo. Como también le dejó su nombre, le deja el amor al vino y a las cosas bien hechas. Descanse en paz.