Ahora es el momento de las bodegas. Con la sabiduría de sus enólogos y con el trabajo de cada una de ellas sólo queda esperar a conocer el resultado de la añada 2017 en la Ribera del Duero, donde acaba de finalizar la vendimia en una campaña donde la producción ha sido muy escasa. Apenas se han recolectado 54,5 millones de kilos de uva, lo que supone la cifra más baja de los últimos quince años.
Esto se debe, no hay duda, a la complicada situación meterológica que se ha vivido en esta zona. Las fuertes heladas que tuvieron lugar los días 27 y 28 de abril han sido las principales responsables de la reducción de la cosecha, que cayeron sobre unas cepas que se encontraban brotadas, afectando a la primera brotación. La falta de agua desde el mes de mayo tampoco ha ayudado mucho a mejorar la situación.
Y decimos que se baten récords en los resultados por lo excepcional de la cantidad recogida, la más reducida de las últimas quince temporadas, porque tenemos que remontarnos al 2002 para encontrar un registro menor -48,5 millones de kilos-. Las cantidades de los últimos cinco años oscilaban entre los 90 y los 133 millones de kilos.
Pero baja cantidad no significará baja calidad. Las uvas que se han recogido están dentro de los parámetros óptimos para conseguir buenos vinos y, como ahora es tiempo de bodega, en El Inicio hemos empezado a trabajar en la búsqueda de nuestros mejores vinos. Rivendel y Admiración son nuestros representantes de esta DO tan especial como es la Ribera del Duero.